miércoles, 26 de septiembre de 2012

CARLOS II, EL HECHIZADO

     Haciendo repaso en los primeros días de clase, surgió tratar la época de los Austrias. Esa familia que desde los tiempos de Carlos I de España y V de Alemania dirigió los destinos de España y su Imperio. Durante los siglos XVI y XVII gobernaron los territorios de la monarquía hispánica, disfrutando de la época de mayor esplendor y poderío patrios. 
     Carlos I, Felipe II, Felipe III, Felipe IV y Carlos II fueron sus nombres. Los dos primeros se repartieron el poder durante la casi totalidad del siglo XVI, Carlos I ocupó el trono entre 1516 y 1556, y su hijo Felipe II haría lo propio entre 1556 y 1598. Ambos son conocidos como los Austrias Mayores. Desde 1598 hasta 1621 fue Felipe III quien dirigió los designios hispánicos, hasta que su fallecimiento alzó al trono a su hijo y sucesor Felipe IV desde 1621 hasta 1665. El último de los Austrias Menores fue Carlos II, quien pasara a la Historia por el sobrenombre de "el Hechizado". 
"Carlos II adorando la Sagrada Forma".
Claudio Coello (1685)
     Y es que, una nefasta política matrimonial de todos sus antecesores provocó que las leyes de la genética se mostraran en toda su crudeza con el que, a la postre, sería el último vástago de la dinastía. Los matrimonios entre miembros de la misma familia (tíos, sobrinos, ...) fueron el detonante de los problemas físicos y psíquicos con los que nació Carlos II. Un niño débil y enfermizo, cuyos males se fueron agravando con su edad, uno de ellos era su supuesta esterilidad, pues fue incapaz de tener hijos, a pesar de haber estado casado en dos ocasiones, la primera con María Luisa de Orleáns y la segunda con Mariana de Neoburgo. 
En la época era muy necesario asegurar la continuidad de la monarquía, pero no fue el caso de este rey. Si bien es cierto que, después de enviudar, su segunda esposa llegó a concebir descendencia, lo que descartaría una supuesta incapacidad engendradora de la reina, como se rumoreaba por entonces.
     Las supersticiones de la época hicieron que se afirmara que la situación de Carlos II era debida a un encantamiento, incluso llegaron a practicársele exorcismos destinados a liberar al rey de todos sus pesares, obviamente, sin resultado. 
     El 1 de noviembre de 1700 fallecía, a la edad de 38 años, este desdichado monarca. Con su muerte se abría una crisis de sucesión que tardaría cerca de 15 años en cerrarse, todo ello mediante una guerra que dividió a sus reinos e implicó a los países extranjeros.  

jueves, 13 de septiembre de 2012

EL BOMBARDEO NAZI DE ALMERÍA

Admiral Scheer
     Hace unos días, releyendo una revista, recordé uno de los sucesos más lamentables y vergonzosos de los acaecidos durante la Guerra Civil Española (1936 - 1939). El 31 de mayo de 1937, el acorazado alemán Admiral Scheer junto con cuatro destructores de la misma nacionalidad bombardearon la indefensa ciudad costera de Almería. Aunque pueda parecer asombroso, la acción respondió a una orden directa de Adolf Hitler en venganza por el ataque, fruto de un error, al acorazado de bolsillo Deutschland en el puerto de Ibiza dos días antes.
Tupolev SB-2 "Katiuska" con los colores del ejército republicano
     Y es que, efectivamente, aviones del ejército de la República habían estado persiguiendo a un flotilla  del ejército nacional, donde se encontraba el crucero Canarias, uno de los más importantes del bando franquista. Con el objetivo de destruir esos buques que se movían por el Mediterráneo, se puso en marcha una operación de búsqueda y ataque. Dos bombarderos Tupolev SB-2 conocidos como "Katiuska" localizaron al Deutschland y lo confundieron con el Canarias, bombardeándolo mientras se encontraba fondeado y causando la muerte de 22 ó 31 marineros (según distintos autores) y 73 ó 110 heridos.
Destrucción en Almería tras el bombardeo
     La noticia produjo en Hitler tanta furia que hicieron falta varias horas para calmarlo. Como represalia ordenó atacar la ciudad de Valencia, sede del gobierno republicano, pero finalmente se decidió por Almería al ser una pequeña ciudad costera no tan defendida y que probablemente llamaría menos la atención internacional. De esa manera, al amanecer de aquel 31 de mayo, los buques de guerra germanos se situaron frente a la ciudad iniciando el lanzamiento de entre 275 - 200 proyectiles que causaron entre 30 ó 50 fallecidos, 55 ó 74 heridos y la destrucción total o parcial de muchos edificios, entre ellos la Catedral, el Ayuntamiento o la Cruz Roja.
Testigos de aquella tragedia son los refugios subterráneos construidos en la capital, cerrados tras las guerra, fueron descubiertos durante unas obras en 2001 y rehabilitados para su visita en 2006.
Galería del refugio subterráneo de Almería de Guillermo Langle
     Quizá os preguntéis qué hacían barcos de guerra alemanes en aguas españolas durante la guerra, porque serían muy susceptibles de ser confundidos con naves enemigas y ser atacados como ocurrió, pues se trataba de una violación más de la neutralidad que debían seguir los países extranjeros para con el conflicto bélico hispano. Acuerdo de neutralidad que los regímenes fascistas se saltaban constantemente, ya que respetar lo firmado nunca ha sido el fuerte de los dictadores.