martes, 29 de enero de 2013

EL LEGADO INDUSTRIALIZADOR (II)

Aspecto del muelle durante su época de utilización
     Otra muestra onubense, al igual que el barrio obrero, del proceso industrializador iniciado en el siglo XIX es el conocido como Muelle del Tinto, aunque curiosamente esté situado sobre el río Odiel.
     Construido por la ya mencionada Río Tinto Company Limited entre 1874 y 1876, se trata de una construcción metálica a dos alturas de 1.165 metros, parte de ellos sobre las aguas y otros en tierra. Sus autores fueron dos ingenieros de procedencia británica, Sir George Barclay Bruce y Thomas Gibson.
     El fin para el que fue diseñado y construido era el embarque del mineral de cobre procedente de las minas del interior de la provincia de Huelva. Por él podían circular dos trenes, uno en altura que descargaba aprovechando la gravedad y otro por la parte inferior destinado a las mercancías.
Detalle de las vigas metálicas de la estructura
     Estuvo en activo durante casi un siglo, hasta 1975, cuando los cargamentos ya se hacían directamente en el puerto, sin ser necesario su uso. Desde entonces ha sufrido varias modificaciones, ha sido acortado, se ha fragmentado en dos para permitir el paso de una carretera, y desde la última década del siglo pasado comenzó a ser rehabilitado. En 2006 se iniciaron las obras que permiten contemplarlo en su aspecto actual.
     Pasear por él puede retrotraer a otras épocas de nuestro pasado, aunque ahora sea un lugar de esparcimiento donde se practican desde la pesca hasta las confesiones más íntimas de amor de las parejas en forma de candados cerrados sobre sus centenarios hierros.
Vista actual del Muelle del Tinto

martes, 15 de enero de 2013

EL LEGADO INDUSTRIALIZADOR

     Hay sitios que, una vez que los recorres, te dejan un regusto a antiguo, a pedazo de Historia, y por un momento podrían trasladarte a épocas pasadas en las que las formas de vida eran tremendamente diferentes a las actuales. Uno de esos sitios es el que se muestra en la siguiente fotografía:
     A simple vista, alguien podría pensar que se trata de un típico barrio de casitas de alguna ciudad extranjera. Nada más lejos de la realidad, está situado en la ciudad de Huelva y se trata del "Barrio Reina Victoria", más conocido como "barrio obrero", una de las joyas arquitectónicas que legó la incipiente industrialización española con capital extranjero a esta pequeña ciudad. 
     Todo surge de la "Río Tinto Company Limited", una compañía establecida en la provincia desde 1873 para explotar el mineral procedente del pueblo del mismo nombre. Esta empresa adquirió unos terrenos en el cerro de San Cristóbal para edificar allí un nuevo concepto urbanístico muy de moda en la época, se trataba de la posteriormente conocida como ciudad jardín. En ella controlarían, a su manera, a la masa obrera que empezaba a aumentar al calor del proceso industrializador. 
     Los encargados de llevar a cabo el proyecto fueron los arquitectos José María Pérez Carasa y Gonzalo Aguado, quienes desarrollarían los trabajos en varias fases entre 1916 y 1929 con retoques del también arquitecto británico R. H. Morgan. 
     Actualmente, el barrio ocupa poco más de 8 hectáreas, en ellas hay 88 edificios que albergan 274 viviendas con una población aproximada de un millar de personas. Fue declarado "Bien de Interés Cultural" en 1977 para favorecer su preservación.