viernes, 19 de abril de 2013

EL GUETO DE VARSOVIA

Vista del muro que rodeaba el gueto y una pasarela para acceder a él
     Tal día como hoy se producía uno de los hechos bélicos que demuestran, de manera más palpable, la desesperación a la que se llegó durante la Segunda Guerra Mundial (1939 - 1945). Los nazis habían creado un barrio en Varsovia (Polonia) para recluir allí a todos los judíos. Se calcula que desde su aparición en 1940 se concentraron en él unos 400.000 judíos, primero rodeados por alambre de espino y posteriormente por un muro de tres metros de altura. 
     Las condiciones de vida en su interior fueron lamentables, la alimentación deficiente, el hacinamiento y las enfermedades unidas al trato brutal y las deportaciones con destino a los campos de exterminio mermaron su población en número muy considerable e hicieron que la desesperación se incrementara entre los obligados a permanecer allí. Todo ello provocó que se gestara un movimiento de resistencia que tuvo su punto más álgido durante 1943, cuando el cambio de signo en la guerra mundial se comenzaba a hacer patente y el rodillo soviético en el frente del Este comenzaba a aplastar el poderío nazi. 
Prisioneros judíos siendo capturados
     El 19 de abril de 1943 se iniciaba un levantamiento en el interior del gueto que obligó a las tropas alemanas a retirarse momentáneamente. Los judíos, escondidos en improvisados búnkeres y armados con el material bélico que pudieron conseguir, se enfrentaron desde los edificios a los alemanes que se adentraban por las calles del gueto. El enfrentamiento le llegó a costar el puesto al comandante alemán al cargo, junto con la necesidad de pedir refuerzos a las temidas SS. Una vez recuperada la iniciativa, el ejército alemán y las SS incendiaron el gueto casa a casa y asesinaron a todos los judíos que eran capturados como castigo.
     El saldo final es estremecedor. Tardaron casi un mes en reducir completamente la resistencia, tras lo cual más de 55.000 judíos fueron deportados, 7.000 murieron durante la lucha y 6.000 perecieron en los búnkeres masacrados por las tropas germanas o se suicidaron para esquivar un final más trágico. 

miércoles, 3 de abril de 2013

LAS LEYENDAS DE WASHINGTON IRVING

Washington Irving (1783 - 1859)
     Tal día como hoy de hace 230 años nacía en Nueva York un niño que, debido a la admiración que sentían sus padres hacia el general (luego primer presidente de gobierno) que liberó a su nación del yugo colonial británico, lo llamarían como él, Washington Irving. La vida de este personaje sería de lo más viajera, recorriendo Europa occidental y mediterránea en los primeros años del siglo XIX para luego regresar a Estados Unidos y retornar nuevamente a Europa, tras las guerras napoleónicas, para permanecer en ella entre 1815 y 1832. En ese periplo vital transatlántico se codeó con escritores como Walter Scott ("Ivanhoe") ó Mary Shelley ("Frankestein") y fue el precursor de otros como Nathaniel Hawthorne ó Edgar Allan Poe. Por otro lado, ocupó diferentes cargos diplomáticos en España y comerciales en la empresa que fundó con sus hermanos.  
     Pero lo que hizo pasar a la Historia a Washington Irving fue su obra literaria, de la que sus piezas más conocidas son "La Leyenda de Sleepy Hollow" (o del jinete sin cabeza) y los "Cuentos de la Alhambra" (también aparecen como leyendas). En honor a la verdad, éstos últimos resultan una lectura interesante cuando queremos adentrarnos en la literatura romántica de los primeros años del siglo XIX, esa literatura en la que se difumina la línea que separa la realidad de lo legendario, todo ello sazonado con un toque de orientalismo y de regusto por las culturas pasadas. Para ello, nada mejor que un marco incomparable y único en el mundo, un lugar como la Alhambra en el que se dan unas circunstancias difíciles de repetirse en ningún otro sitio, y de las que Irving pudo disfrutar durante su estancia en Granada, pues tuvo el privilegio de ocupar unas habitaciones en el interior del complejo nazarí. 
     De los cuentos ambientados en la Alhambra han llegado a publicarse hasta versiones para niños, mientras que la historia de Sleepy Hollow fue incluso llevada al cine por el director Tim Burton, y es que el jinete sin cabeza se prestaba mucho al ambiente de terror gótico en el que Burton se mueve como pez en el agua acompañado por su actor fetiche Johnny Deep y la actriz Christina Ricci.