miércoles, 24 de diciembre de 2014

TREGUA POR NAVIDAD

Alemanes e ingleses posan juntos en una fotografía publicada a inicios de 1915
     Hace exactamente 100 años se produjo un acontecimiento que podríamos tildar de sorprendente, sobre todo teniendo en cuenta el marco en el que tuvo lugar. Europa se desangraba, desde principios de agosto, en una guerra que pasaría a los anales por el elevado número de víctimas y por el impacto emocional que produjo entre la población de todos los países este hecho. Pero algo inusual, desde nuestro actual punto de vista, acaeció aquella nochebuena de 1914. En el frente de Ypres, donde alemanes e ingleses dirimían sus diferencias a cañonazo limpio, comenzó a elevarse un cántico, Stille Nacht! (el popular "Noche de Paz") desde las trincheras germanas que fue respondido desde las británicas por escoceses, galeses e ingleses que rememoraron su repertorio más popular de villancicos navideños. 
Monumento conmemorativo en Ploegsteert, Bélgica.
Un balón sobre restos de artillería
     Parecía que en aquel momento, sobre la barbarie de la guerra, triunfaban de forma efímera los mejores sentimientos del ser humano. Se inició así una tregua navideña, tras acordar un pequeño alto el fuego, que sirvió para recoger los cadáveres de los compañeros de armas caídos a la vez que para intercambiar cigarrillos, whisky y demás viandas amigas del combatiente. De la misma manera, espontáneamente, comenzó a rodar sobre la tierra de nadie un improvisado balón de fútbol, pateado por unos treinta soldados de ambos bandos que volvían, aquel día de Navidad, tras meses a practicar su afición favorita, todo ello observado por los que pululaban por allí disfrutando de aquel oasis en el desierto bélico. Por cierto, es de reseñar que aquel encuentro se jugó ¡¡¡sin árbitro!!! Aunque el resultado del mismo es más discutido, se afirma que vencieron los fritzs por la tradicional deportividad inglesa. 
     Sin embargo, cuando estos hechos llegaron a los oídos de las altas instancias militares se trató de eliminar todo recuerdo de este acontecimiento, pues se consideraba que era una confraternización con el enemigo inaceptable. Cualquier tipo de fotografía, carta con alguna referencia, etc. fue censurada. Aquello no podía jamás volver a repetirse. 

jueves, 30 de octubre de 2014

RECOMENDACIÓN BIBLIOGRÁFICA (XIII)

     Esta mañana, viendo las fechas que se aproximan, he recordado como en mis cada vez más lejanas clases de literatura, como alumno, había un espacio para el género de terror. Por eso quiero recomendar desde aquí al maestro del miedo psicológico que fue Edgar Allan Poe, que siempre vuelve con vigencia llegados a esta parte del año.
     Pero cuidado, si luego no podéis dormir por la noche, yo no me hago responsable. 

miércoles, 24 de septiembre de 2014

LA BATALLA DE LA ESCALERA DE PALACIO

Escaleras de acceso a las habitaciones del Palacio Real
     Cuando imaginamos una batalla viene a nuestra mente la épica, el honor o el sacrificio del que siempre anda revestido todo acontecimiento bélico. Pero cuesta imaginar, cuando visitamos edificios tan impresionantes y solemnes como el Palacio Real de Madrid, que en el interior de sus dependencias se produjeron choques armados que podrían calificarse de tales. Rescatamos hoy así el episodio algo desconocido que acaeció el 7 de octubre de 1841 en dicho lugar. Para ello, comenzaremos indicando que la situación política en la España del siglo XIX estuvo marcada siempre por la inestabilidad y las veleidades más o menos revolucionarias de los políticos y militares de turno, apoyados los unos por los otros. 
     En 1833 fallecía el rey Fernando VII dejando como heredera a su hija Isabel II, menor de edad, tutelada por su madre la reina María Cristina que ejerció la regencia hasta 1840, cuando una fuerte crisis política la obligó a dejar el cargo de regente en manos del general progresista Baldomero Espartero, éste ocupó el puesto hasta que otra crisis política, en 1843, le forzó a abandonarlo, e Isabel II fue declarada mayor de edad. 
     Es en este contexto en el que se produce uno de los muchos pronunciamientos militares llevados a cabo en la España decimonónica. Durante el año 1841, la recién depuesta regente María Cristina de Borbón y su segundo marido (con el que se casó en secreto) Fernando Muñoz y del que se decía que había parido más Muñoces que liberales había, pues tuvo 8 hijos de ese segundo matrimonio, trataron de conspirar para que ésta recuperase la regencia. Implicaron en sus tejemanejes a políticos moderados como Francisco Javier de Istúriz o a generales como Leopoldo O'Donnell y Ramón María Narváez. Éstos y sus colaboradores protagonizaron diferentes levantamientos de tropas en ciudades como Bilbao, Pamplona, Vitoria o Zaragoza, pero sin llegar a alcanzar sus objetivos de recuperar la regencia. 
El general Diego de León dirige el asalto al Palacio
     Llegamos así al hecho que más llamaría la atención de esta sublevación, cuando en la noche del 7 de octubre, los generales Diego de León (cordobés, cuyo nombre lleva una calle que confluye en la céntrica Plaza de las Tendillas) y Manuel de la Concha deciden entrar en el Palacio Real con la intención de raptar a Isabel II. Pero hete aquí que los alabarderos de palacio, comandados por el coronel Domingo Dulce, les plantan cara en las mismas escaleras de acceso, resistiendo firmemente y abortando, con ello, la operación de secuestro que pretendían llevar a efecto. Este fracaso le costaría la vida al general Diego de León, protagonista más patente de la sublevación, que sería fusilado una semana después, ya que el regente general Espartero no perdonó la vida a los conjurados. Había honor, más no la imprudencia de dejar vivos a los rivales políticos.
     

domingo, 31 de agosto de 2014

JACK EL DESTRIPADOR EMPIEZA A MATAR

Recreación de un asesinato de Jack el Destripador
     Tal día como hoy de hace 126 años se iniciaba uno de los casos policiales, probablemente, más enigmáticos de la Historia. En el populoso distrito de Whitechapel en Londres, una serie de asesinatos conmocionarían a la ciudad, desatarían la histeria colectiva y marcarían el inicio del misterioso mito del asesino en serie apodado como Jack el Destripador. 
     El contexto en el que se produjeron los crímenes es de sobra conocido, la Inglaterra industrial acumulaba extensas bolsas de pobreza y marginalidad en las grandes ciudades, donde sus habitantes malvivían en unas condiciones miserables en las que el abuso del alcohol y la prostitución eran una constante para evadirse de las penosas condiciones de vida y un complemento económico fraguado contra las paredes de oscuros callejones que prolongaba la lánguida subsistencia familiar.
Es fácil imaginar que nada positivo podía extraerse de lo que podríamos calificar como submundo, en el que la violencia y los asesinatos eran algo frecuente. 
     Es así como el 31 de agosto de 1888, sobre las 3'30 - 4 de la madrugada, el carretero Charles Cross y su compañero Robert Paul descubrían en Buck's Row (hoy calle Durward) el cadáver de Mary Ann Nichols, prostituta de 43 años de edad, dando aviso al policía John Neil de tan macabro hallazgo. El cuerpo presentaba la garganta seccionada y una profunda herida en la parte inferior del abdomen. Involuntariamente, la señora Nichols se convirtió en la primera víctima atribuida a Jack el Destripador, asesino cuya identidad jamás ha sido revelada. Posteriormente la seguirían Annie Chapman, Elisabeth Stride, Catherine Eddowes y Mary Jane Kelly, entre septiembre y noviembre de 1888. 
     Las muertes violentas en la zona siguieron produciéndose, pero estas cinco chicas se consideran las cinco víctimas canónicas. El cese de las muertes, de la misma misteriosa forma en la que se iniciaron, contribuyó a alimentar el mito del asesino en serie, a la par que amplió el abanico de sospechosos. Desde entonces muchas hipótesis se han barajado sobre la identidad del culpable, desde actores, carniceros, médicos, pintores, pasando hasta por miembros de la realeza, pero son todo teorías que, a día de hoy, continúan alimentando la incertidumbre sobre quién se escondía tras los asesinatos.
     Pero eso sí, si usted visita Londres, podrá recorrer los puntos donde se produjeron dichas muertes, pues son un interesante reclamo turístico. 

domingo, 25 de mayo de 2014

A LA CAZA DE CERVANTES

     Como venía a concluir la periodista Nieves Concostrina en uno de sus libros sobre anécdotas de cadáveres famosos, una vez muertos las cosas no salen como el difunto quiere. Pero para compensar este tema, y aprovechando las modernas técnicas de investigación, en estos días se ha estado llevando a cabo la búsqueda de los restos mortales de Don Miguel de Cervantes Saavedra (1547 - 1616), inmortal autor de "Don Quijote de la Mancha"
     Conocida es su aventurera vida, en su niñez anduvo por la Villa y Corte, Andalucía y Castilla. Posteriormente pasó a Italia apenas rozada la veintena, desde donde se enroló como soldado para ir a combatir contra el turco en la batalla de Lepanto, allí alcanzaría su famoso sobrenombre al ser herido en una mano. Repuesto siguió su carrera militar, pero al regresar a España fue capturado por los piratas berberiscos que lo confinaron en Argel durante cinco años (1575 - 1580). Liberado por los padres trinitarios regresa, por fin, a la península y comienza a buscarse la vida en la Corte de Felipe II. Se establece en Sevilla donde llega a trabajar como recaudador de impuestos, algo que le conducirá a la cárcel al detectarse irregularidades con el dinero que administraba. En los últimos años de su existencia vivió, además, en Valladolid y Madrid, donde finalmente falleció a los 68 años, siendo enterrado en el convento de clausura de las monjas trinitarias. Como se ve, su vida daría para una superproducción de Hollywood, animo desde aquí a los guionistas. 
Frailes trinitarios rescatan a Cervantes
     Pero al contrario de lo que ocurriera con otros famosos escritores coetáneos, casos de Lope de Vega o Calderón de la Barca, los restos de Cervantes no fueron removidos del lugar en que reposaban. La iglesia fue ampliada y modificada con posterioridad a su enterramiento, y por eso ahora se emplean técnicas de georradar para localizar sus restos. Parece ser que ya se han localizado varias bóvedas en el subsuelo de la mencionada iglesia que permiten suponer que en alguna de ellas se encuentran los restos de tan famoso escritor. Esperemos que así sea y puedan ser localizados pronto para honrar como se merece a tan inmortal genio de las letras hispanas. 

domingo, 27 de abril de 2014

CORNAMENTAS IMPERIALES

Napoleón Bonaparte, Napoleón I
emperador de Francia (1804 - 1815)
     En los últimos tiempos, gracias al desarrollo de las nuevas tecnologías, se producen curiosos descubrimientos que remueven asuntos del pasado que dábamos por fiables. En este caso ha sido un análisis de ADN el que ha concluido que entre Napoleón Bonaparte (1769 - 1821) y Luis Napoleón Bonaparte (1808 - 1873) no hay parentesco alguno, cuando siempre se había afirmado que eran tío y sobrino, además de emperadores en dos épocas distintas del convulso siglo XIX francés. 
     Así que, amigos, observen detenidamente las dos imágenes de ambos que acompañan a este artículo, porque, a tenor de lo expuesto, no comparten genéticamente nada, cosa que algún avispado lector afirmará habida cuenta que el parecido físico podría darle la razón.  
Luis Bonaparte,
rey de Holanda (1806 - 1810)
y padre de Napoleón III
     Y es llegados a este punto, cuando se abre la puerta a las diversas teorías que tratarían de explicar la situación recién descubierta, pues la ausencia de parentesco supone, por un lado, poner en duda la propia paternidad de Napoleón Bonaparte (Napoleón I). Pero vayamos de lo más sencillo a lo más complejo, en primer lugar, podría suceder que Luis Napoleón Bonaparte ó Napoleón III (su título imperial), no fuera hijo de Luis Bonaparte (hermano de Napoleón I) y de Hortensia de Beauharnais (hija del primer matrimonio de la emperatriz Josefina, casada en segundas nupcias con Napoleón I. Menudo lío ¿eh? No se preocupen, como ven todo queda en casa y la abuela por parte de madre es a la vez la segunda esposa de su tío. Doble lío.), sino que ésta hubiera cometido una infidelidad a su legítimo esposo, lo cual explicaría que Napoleón III no comparta rasgos genéticos con Napoleón I. 
Hortensia de Beauharnais,
esposa de Luis Napoleón,
madre de Napoleón III
y posible infiel
     En segundo lugar, también podría ocurrir que si nos remontamos más atrás en el árbol genealógico de la familia, el propio Napoleón I no fuera hermano de Luis (padre de Napoleón III) porque la madre de ambos, María Letizia Ramolino hubiera sido, en al menos una ocasión, la infiel a Carlo Bonaparte, el padre, puesto en duda igualmente por el dichoso ácido desoxirribonucleico. Pues sería padre de Napoleón pero no de Luis, o viceversa, lo cual haría temblar la paternidad del general y, luego, primer emperador de la familia. 
     En tercer y último lugar, cabría la posibilidad, abundando en este supuesto, que María Letizia Ramolino hubiera sido infiel en más de una oportunidad y que Napoleón y Luis fueran hermanastros, teniendo únicamente como lazo de unión a su madre, siendo fruto de padres diferentes, que en ningún caso incluirían al cabeza de familia Carlo Bonaparte, algo perfectamente plausible al casarse ésta con 14 años y alumbrar más de una decena de hijos e hijas. 
     Tras exponer este guirigay parental aderezado con ADN, que ha movido los cimientos de la familia Bonaparte, conviene decir que no toda aplicación científica a la Historia resulta tan caótica ni siembra tantas dudas, pues las mismas pruebas genéticas realizadas han ratificado la paternidad de Luis Napoleón Bonaparte (Napoleón III) sobre su hijo Napoleón Eugenio Luis Bonaparte (1856 - 1879), fruto de su matrimonio con la granadina Eugenia de Montijo (1826 - 1920), emperatriz de los franceses. 
Luis Napoleón Bonaparte, Napoleón III
emperador de Francia (1852 - 1870)
     Como anécdota, quedará que el análisis de los restos de los emperadores también ha venido a confirmar las sospechas que ya surgieron en el siglo XIX cuando Jerónimo Bonaparte (hermano menor de Napoleón I y de Luis), tío de Napoleón III le espetó a este último: "¡No tiene usted nada de Napoleón!". ¿Será que cómo suele decir el refrán castellano: "Las mentiras tienen las patas muy cortas", y en aquella época ya existían certezas sobre las cornamentas que se gastaban en la familia? Sea como fuere y a la espera de la conclusión de este curioso estudio, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que algunas testas imperiales no estaban solamente coronadas, gracias a Dios que los marcos de las puertas palaciegas suelen ser altos y sus techos más, de lo contrario alguno ó algunos hubieran sufrido fortísimos dolores de cabeza, además de los que ya les proporcionaban el ejercicio del poder. 

domingo, 13 de abril de 2014

SEMANA SANTA

     De entre las ventajas del uso de internet y las digitalizaciones que se producen en los diferentes archivos, tanto públicos como privados, es la aparición en ocasiones de documentos curiosos que nos muestran lo mucho que hemos cambiado... o no. Por ello, traigo a colación el siguiente video extraído de los fondos del NO-DO, que aunque contiene errores de documentación, está muy relacionado con la forma en que se vivían en 1964 los próximos días en nuestra ciudad.
     Os dejo el enlace aquí

Felices vacaciones a todos y todas. 


lunes, 31 de marzo de 2014

LA PUERTA DE MENIN

Puerta de Menin. Ypres (Bélgica)
     Como todos, o casi todos recordaréis, este año se conmemoran los cien años del inicio de la Primera Guerra Mundial (1914 - 1918). Muchas noticias surgirán a lo largo de los próximos meses sobre este acontecimiento que, de forma tan traumática, marcó a la generación que la sufrió y, por ende, a las posteriores.  Pues bien, hoy, leyendo un artículo sobre rutas que transcurren por los antiguos campos de batalla, he hallado una ceremonia diaria de recuerdo a los caídos en el conflicto que me ha resultado curiosa y me gustaría compartir con los que os tomáis la molestia de leer estas páginas.
Aspecto del león y la placa que coronan el memorial
     En la ciudad de Ypres (Bélgica), existe un monumento dedicado a los soldados británicos y de la Commonwealth que cayeron durante los sangrientos combates que tuvieron lugar entorno a la localidad, y cuyas tumbas son desconocidas, pues sus restos no pudieron ser identificados o sus cuerpos nunca fueron recuperados. Se trata de la "Puerta de Menin", diseñada por Sir Reginald Blomfield e inaugurada el 24 de julio de 1927 en la salida este de la población, justo en el mismo sitio por donde salían las tropas camino del frente. La forma del monumento desde el exterior es la de una puerta de acceso a la ciudad, pero su interior está convertido en un memorial al estilo de los arcos de triunfo. Allí en sus muros, los nombres de 54.896 soldados de la Commonwealth rescatan del olvido el sacrificio que hicieron entregando sus vidas.
     Los ciudadanos de Ypres decidieron que como forma de gratitud hacia aquellos que contribuyeron a la liberación de Bélgica, desde el 2 de julio de 1928 todos los días se celebraría una pequeña ceremonia. De manera que, diariamente, a las 20'00 horas se corta el tráfico y una corneta entona el "Last Post", en ocasiones acompañada de desfiles y honores que prestan diferentes unidades militares, todo ello ante la atenta mirada de curiosos y turistas. Para el anecdotario quedará que durante la ocupación alemana en la Segunda Guerra Mundial (1939 - 1945) no pudo llevarse a cabo en el lugar, así que se trasladó el acto a Surrey en el Reino Unido, pero el mismo día de la liberación de Ypres regresó, mientras aún se combatía en otras zonas de la ciudad.

domingo, 9 de marzo de 2014

FUNERAL PARA UNA PIERNA

El general Antonio López de Santa Anna (1794 - 1876)
     En ocasiones topamos con historias curiosas fruto de la megalomanía de muchos mandatarios mundiales. Es el caso del general Antonio de Padua María Severino López de Santa Anna y Pérez de Lebrón (1794 - 1876), un militar y político mexicano que rigió los destinos de su país hasta en once ocasiones, que se dice pronto, llegando a utilizar el título de "Alteza Serenísima" para enmascarar un gobierno más que dictatorial. 
     El motivo de traerlo a estas páginas es porque en una de sus múltiples guerras emprendidas contra todo y contra todos, durante el bloqueo francés al puerto de Veracruz (1838), en el marco de la conocida como "Guerra de los Pasteles", un cañonazo le voló la pierna. Sin duda, es una de esas cosas que duelen mucho, sobre todo si te las hacen así por las bravas y sin anestesia que valga. La añoranza por el miembro amputado tan traumáticamente le hizo organizar un funeral de estado para su perdida extremidad en la Ciudad de México, como si fuera para él mismo. Exhibida en un cofre y con sus vendas fue paseada por toda la ciudad, siendo aclamada por el pueblo que valoraba así su heroísmo. Al final terminó recibiendo cristiana sepultura, mientras la gente ya le apodaba por el país como "el quince uñas", otra cosa no, pero guasa un rato. 
     No corrió mucha suerte el descanso eterno de tan pedestre miembro, pues en los cambios de gobierno que se producían frecuentemente fue desenterrada para causarle todo tipo de daños, ya que no pillaban nunca al dueño del cuerpo completo, que la sustituyó por otra artificial para paliar su nostalgia y corregir sus andares. Ya lo dijo Don Quijote: "Cosas veredes, amigo Sancho". 

sábado, 22 de febrero de 2014

75 AÑOS SIN ANTONIO MACHADO

     Tal día como hoy de hace 75 años fallecía en Colliure (Francia) Antonio Machado, el poeta de la llamada Generación del 98 cuya infancia parafraseando sus versos "son recuerdos de un patio de Sevilla", el mismo que trató con figuras literarias de la talla de Pío Baroja, Rubén Darío, Federico García Lorca, Miguel de Unamuno, Valle-Inclán y Oscar Wilde, el que se dedicaría a la docencia de francés por institutos de Soria, Baeza, Segovia y Madrid, dedicando un desgarrador poema a un olmo seco. También, como muchos otros, el que se vería abocado al triste peregrinar y al duro exilio por causa de la guerra civil que asolaba los mismos campos a los que tanto cantó en sus rimas. 
     Su cuerpo reposa bajo el polvo de una país vecino, como canta Joan Manuel Serrat, sus versos, al contrario, son inmortales.

domingo, 26 de enero de 2014

ANÉCDOTAS HISTÓRICAS (III)

Escena del huevo en un grabado de William Hogarth (Siglo XVIII)
     Muchas anécdotas, curiosidades y enigmas sobrevuelan la figura de un personaje histórico tan notable como Cristóbal Colón, descubridor (para unos) ó "encontrador" (para otros) de América. Siendo una de las figuras que más contribuyeron a cambiar el mundo de su tiempo y configurar una forma de vida que trazaría los siglos venideros, de él se desconoce a ciencia cierta su origen, su actuación anterior a ser descubridor con sus tejemanejes reales en la Corte de los Reyes Católicos, e incluso tras fallecer, su lugar exacto de enterramiento. 
     Pero el motivo de traer a colación al descubridor-encontrador, permítaseme la expresión, es la conocida como anécdota del huevo de Colón. Cuentan que tras realizar su travesía marítima, de regreso a los andurriales castellanos, en el transcurso de una comida con ciertos nobles, status que el mismo Colón había alcanzando tras el descubrimiento, al convertirse en Almirante de la Mar Océana, en virtud de las "Capitulaciones de Santa Fe" (1492) suscritas con Isabel y Fernando, un noble le espetó a Colón que si él no hubiera encontrado las Indias otro cualquiera lo habría hecho. Este comentario debió de escocer al navegante, de manera que tomó un huevo cocido y retó a los presentes a ponerlo de pie sobre la mesa. Obviamente, ninguno fue capaz de conseguirlo, de forma que al llegar el turno al Almirante, tomó el huevo y tras un pequeño golpe contra la mesa, el huevo permaneció en posición vertical, ante el asombro de los presentes.
El Huevo de Colón (Sevilla) de Zurab Tsereteli (1995)
     Visto lo visto, todos debieron de comprender que don Cristóbal era todo un personaje y que las metas, grandes o pequeñas, parecen más fáciles de conseguir una vez alcanzadas. Aunque la anécdota se hizo tan inmortal, que incluso un monumento en Sevilla y una canción de la Orquesta Mondragón, rememoran este hecho. 

miércoles, 15 de enero de 2014

RECOMENDACIÓN BIBLIOGRÁFICA (XII)

     En este año recién estrenado hace 15 días se conmemorarán los 100 años de la "Gran Guerra", en contraposición a las anteriores, y posteriormente conocida como "Primera Guerra Mundial" (1914 - 1918), un conflicto bélico que dejaría una profunda huella en todas las generaciones ulteriores por su destrucción y el impacto que causó en las conciencias y los recuerdos de quienes la padecieron. Por otro lado, también sentaría las bases del mundo actual y los esfuerzos hechos para que el horror no volviera a repetirse, máxime tras la "Segunda Guerra Mundial" (1939 - 1945).
     Para los aficionados a la historia en general y de los conflictos militares en particular, la revista "La Aventura de la Historia" dedica de manera casi monográfica su primer número de este año, ya en los quioscos, a dicho acontecimiento. Por la configuración de la revista, va sobrada de datos y con profusión de reproducciones fotográficas, mapas, tablas estadísticas, etc. sobre la materia tratada. Recomendable, por tanto, para profundizar sobre el tema a los interesados.