El 4 de diciembre de 1977, en plena Transición española, unos 2 millones de andaluces salieron a la calle para reivindicar una autonomía en igualdad de condiciones con las llamadas "nacionalidades históricas", Cataluña, Galicia y País Vasco, consideradas como tales porque tenían estatuto de autonomía aprobado con anterioridad a la Guerra Civil (1936 - 1939).
Las manifestaciones de aquel día tiñeron las principales ciudades andaluzas de blanco y verde, pero no sólo se produjeron dentro de lo que sería Andalucía, también casi 250.000 personas apoyaron la petición en Barcelona, eran los emigrantes de lo que se dio en llamar "la novena provincia".
Gracias a esa toma de la calle, nuestra comunidad consiguió su estatuto de autonomía por la vía rápida (artículo 151 de la Constitución de 1978), siendo la única que lo logró junto con las 3 ya mencionadas. Y es que Andalucía no llegó a contar con un estatuto previo a la guerra, sólo con unas "Bases para el Estatuto de Autonomía de Andalucía" salidas de la Asamblea de Córdoba (29 a 31 de enero de 1933). Las tensiones dentro de Andalucía fueron constantes, los representantes de Almería, Granada y Jaén dudaban en unirse al proyecto por temor al centralismo sevillano, propugnando los granadinos la creación de una Andalucía Oriental, por otro lado, los de Huelva podían vincularse a Extremadura.
Sea como fuera, un pueblo comprometido con su identidad inició el camino hacia su autonomía. Aunque la jornada no pudo ser de felicidad plena, pues durante la manifestación celebrada en Málaga, el joven sindicalista José Manuel García Caparrós murió a consecuencia de un disparo de la Policía Armada mientras trataba de colocar una bandera de Andalucía en el edificio de la Diputación Provincial, en un hecho no aclarado todavía.