Washington Irving (1783 - 1859) |
Tal día como hoy de hace 230 años nacía en Nueva York un niño que, debido a la admiración que sentían sus padres hacia el general (luego primer presidente de gobierno) que liberó a su nación del yugo colonial británico, lo llamarían como él, Washington Irving. La vida de este personaje sería de lo más viajera, recorriendo Europa occidental y mediterránea en los primeros años del siglo XIX para luego regresar a Estados Unidos y retornar nuevamente a Europa, tras las guerras napoleónicas, para permanecer en ella entre 1815 y 1832. En ese periplo vital transatlántico se codeó con escritores como Walter Scott ("Ivanhoe") ó Mary Shelley ("Frankestein") y fue el precursor de otros como Nathaniel Hawthorne ó Edgar Allan Poe. Por otro lado, ocupó diferentes cargos diplomáticos en España y comerciales en la empresa que fundó con sus hermanos.
Pero lo que hizo pasar a la Historia a Washington Irving fue su obra literaria, de la que sus piezas más conocidas son "La Leyenda de Sleepy Hollow" (o del jinete sin cabeza) y los "Cuentos de la Alhambra" (también aparecen como leyendas). En honor a la verdad, éstos últimos resultan una lectura interesante cuando queremos adentrarnos en la literatura romántica de los primeros años del siglo XIX, esa literatura en la que se difumina la línea que separa la realidad de lo legendario, todo ello sazonado con un toque de orientalismo y de regusto por las culturas pasadas. Para ello, nada mejor que un marco incomparable y único en el mundo, un lugar como la Alhambra en el que se dan unas circunstancias difíciles de repetirse en ningún otro sitio, y de las que Irving pudo disfrutar durante su estancia en Granada, pues tuvo el privilegio de ocupar unas habitaciones en el interior del complejo nazarí.
De los cuentos ambientados en la Alhambra han llegado a publicarse hasta versiones para niños, mientras que la historia de Sleepy Hollow fue incluso llevada al cine por el director Tim Burton, y es que el jinete sin cabeza se prestaba mucho al ambiente de terror gótico en el que Burton se mueve como pez en el agua acompañado por su actor fetiche Johnny Deep y la actriz Christina Ricci.
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